LA HERMANDAD LE RINDE PEQUEÑO HOMENAJE
El viernes vino a buscarte una estrella. Se acercaba tras de su hijo, en un sepulcro de vida nueva. Se elevó en dorado
trono entre claveles y ceras, y acelerando su paso llamada por tu impaciencia,
bajo palio de luna llena supo pararse en tu puerta.
Tus ojos que la miraban la vieron aun más bella. Y en ese
cruce de miradas donde brilló la transparencia, se encontraron tantas cosas… y
supiste saciar bien tus ansias y tus ganas añejas de verla.
Ella te vio caminando arropado por túnica negra. Y las
calles de Guadalcanal fueron presas de tu ausencia.
Tu dolor no fue dolor si no lirio de pasión abierto ante su
belleza. Tu llanto no fue llanto si no agua cristalina para consolarle su pena,
y la muerte no fue muerte cuando la noche encendía los cirios que ante ti
pasaban anunciando su presencia. La muerte ante tu mirada fue esa noche vida
eterna.
La luna dejó su palio y quiso llamarte a su vera. Y la
virgen se alejaba esperando tu presencia eterna.
Tú te acurrucaste en su manto, aquel que tantas veces
llevaste en tus brazos a la iglesia y atento a su llamada obedeciste al
llamador y acudiste a su presencia.
Te fuiste como siempre decías cuando el pueblo recorrías
para engrandecer lo que amabas.
Yo tiro por esta acera.
Y tiraste derechito hasta llegar firme a ella y hoy en los
balcones gloriosos gozas para siempre de ella.
Que dejaste? Tantas cosas …
Pero entre lo más preciado yo diría que el legado de tu
amor, tu humildad, tu sonrisa tu paciencia, y las ansias de vivir siempre
cerquita de ella.
Qué bonita Pepe fue esa inocencia!
Y esa lágrima que hoy tu familia te derrama, será fuente
cristalina donde cada Viernes Santo sepa beber la reina y alimentarle la
esperanza a esa gente que te llora y decirle a boca llena.
Que la muerte no fue muerte, que hoy estás en el balcón
celestial, muy cerquita de tu Soledad y gozando vida eterna.
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