Sonaba en el interior del templo la marcha Reina de San Román. Los dos pasos iluminados por la tenue luz de las velas, permanecían inmóviles mientras mis ojos entre lágrimas ,buscaban esa mirada de la Virgen, que fue la oración más sentida de un Viernes Santo que para mi, no seria uno más.
En mi interior, sentía este año mi gran día de una forma especial. Esperaba la magia de una levantá entre los azahares que rebosaban en flor, deseaba más que nunca ese palio de estrellas, que cobijara el rostro de la señora y quería dejar fluir la emoción incontenida en los sones de la marcha madrugá.
Quizás fue ese mismo Cristo que yace en el sepulcro, quien impidió que todo esto sucediera regando con el agua que emanó horas antes de su costado y convirtiendo ese palio de estrellas en otro palio de lágrimas, que fluyeron como un río en la noche del Viernes Santo más duro de mi existencia.
Pero todo el dolor y la impotencia paso a convertirse en emoción, cuando las notas de una oración escaparon del pentagrama haciendo de ese instante uno de los más sublimes y emotivos que he vivido con mi hermandad.
Y mientras todo esto acontecía, de mi corazón cofrade y poeta fue surgiendo una plegaria que horas después plasme en el papel y que quiero dar a conocer,para compartir esa mezcla de tristeza y emoción que nos deparó este año el Viernes Santo.
Sobre madera dorada
bajo la tenue luz de la vela
mientras crepita la cera
yacen tus carnes maltratadas.
Suspiros de rojo clavel
sueñan con ese momento
de traspasar el dintel
mecidos por el viento.
Silencio del campanario
del badajo y la campana
de la saeta en la ventana
y de aromas de inciensario
Llora la noche preciosa
entre las nubes mecidas
como pétalos de rosa
llueven canales de vida
Y esas lágrimas cristalinas
que el cielo sin piedad rebosa
son como fragancias de rosa
para esa madre divina
que sin quererlo se adivina
tan sublime y tan hermosa
Silencio de aquellas notas
que escapan del pentagrama
cuando la emoción ya rota
a caudales se desgrana
Acordes que de emoción
han levantado su vuelo
y quieren ser la oración
que pueda llegar al cielo
para evitar el dolor
y aliviar el desconsuelo
del amor de esta hermandad
que hoy no encuentra pañuelo
aunque se siente en el cielo
cerca de la SOLEDAD.
Con todo mi cariño a mis compañeros de junta de gobierno que en este día tomamos la triste decisión de no hacer estación de penitencia.
CLOTI SÁNCHEZ
Un torpe aunque sincero,gracias.
ResponderEliminarSigue adelante y no nos dejes nunca.